El cerebro humano se compone de un 60 % de grasa, gran parte de la cual está formada por el ácido graso estructural DHA (ácido docosahexaenoico). El DHA afecta a la salud general del cerebro contribuyendo a la comunicación celular y a la conectividad entre células. MEG-3® contribuye al desarrollo cerebral durante la infancia y ayuda a mantener un cerebro sano a lo largo de la vida. El DHA y el ácido graso omega 6 ARA (ácido araquidónico) son los ácidos grasos más importantes que contribuyen a un embarazo y una primera infancia sanos.
El DHA contribuye al desarrollo del cerebro durante el embarazo y los dos primeros años de vida, un periodo de tiempo en el que el cerebro crece más rápido que nunca. El DHA ayuda a formar tejido cerebral sano y las células oculares y nerviosas del niño que se está desarrollando. Los bebés en todas las fases de crecimiento necesitan DHA para desarrollar una visión, un cerebro y un sistema nervioso sanos y normales.
El DHA es un importante componente estructural del cerebro y del tejido nervioso y desempeña un papel esencial en su desarrollo y su función a lo largo de toda la vida. Las necesidades de ingesta son altas en determinados momentos, como el embarazo y la infancia. El omega 3 DHA también contribuye a que las células del cerebro se comuniquen en todas las etapas de la vida aumentando la fluidez de las membranas celulares, que es esencial para una señalización y comunicación celulares óptimas.